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Una mujer en Berlín.

Para enterarse de lo que en realidad ocurrió al terminar la Segunda Guerra Mundial, hay que preguntárselo a las mujeres. Y es que, entre las ruinas, los hombres demostraron ser el «sexo más débil». Así lo ve la autora de este libro, que vivió el final de la guerra en Berlín. Sus observaciones aparecieron publicadas por primera vez en Norteamérica en 1954, gracias a Kurt W. Marek, crítico y periodista, a quien la autora confió el manuscrito. En este documento único no se ilustra lo singular sino lo que les tocó vivir a millones de mujeres: primero la supervivencia entre los escombros, sin agua, sin gas, sin electricidad, acuciadas por el hambre, el miedo y el asco, y, posteriormente, tras la batalla de Berlín, por la venganza de los vencedores. No hay rastro aqui de de aquella autocompasión que padecieron los alemanes derrotados. Una serenidad desilusionada, una reflexión insobornable, una observación despiadada y un humor macabro caracterizan este diario.

En este libro se trata del diario de una mujer alemana a la que tocó vivir la entrada de las tropas rusas en el Berlín derrotado de la Segunda Guerra Mundial. Es un diario íntimo, una forma de supervivencia en unas circunstancias difíciles: su autora nunca había pensado en publicarlo, de hecho, una vez convencida de hacerlo, no quiso que su nombre apareciera. Por ello tal vez está redactado de una manera extremadamente realista, y en él no se ahorran comentarios negativos sobre la manera de actuar de sus compatriotas. Hay un eje temático, el principal problema que las mujeres vivieron en ese momento de crisis y disolución de una sociedad: las violaciones. El ejército ruso entró en Berlín a la caza de cuanta mujer se dejaba ver. Supongo que como han hecho todos los ejércitos a lo largo de la historia de las distintas guerras que en el mundo ha habido.

En sus conversaciones con W. Marek, más conocido por su seudónimo C.W.Ceram autor de “Dioses, tumbas y sabios” , la autora le comentó, hacia 1947, “Ninguna de las victimas podemos llevar lo sufrido como una corona de espinas. Yo al menos tenía la sensación de que lo que me estaba sucediendo era como un ajuste de cuentas.”

Narra la batalla como mujer que ve tratada su condición de forma brutal e indigna por quienes venían de liberar Auschwitz y enfrentando al lector con la contradicción que suponía el que las victimas de tal brutalidad habían estado vitoreando a Hitler unas semanas antes.

A este libro se ha referido Renée Zucker así: “Es un libro increible, quien ha aprendido el alfabeto, puede y debe leerlo”.



2 comentarios:

Neleta dijo...

Un relato precioso el ganador y admirable la labor tambien de Arancha enseñando a leer a la gente.
A ver si al año que viene tambien la tenemos en el concurso.
A mi particularmente sin quitar méritos a nadie me ha gustado ELLA, mucho sentimiento

Anónimo dijo...

Me ha gustado esto de que recomendeis un libro ya leído por vosotros, trataré de conseguirlo.
Gracias

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